SEMANA DEL CORAZÓN

Tener un corazón sano o realizar una rehabilitación cardíaca consiste en dos partes:

  1. Entrenamiento físico: realizar ejercicios de una manera segura y saludable, fortaleciendo los músculos y mejorando la resistencia física.
  2. Educación y Capacitación: entender que si mantengo una buena alimentación puedo mejorar la calidad de vida, para ello debo saber identificar los alimentos adecuados y formas de preparación indicadas.

Una alimentación saludable intenta:

  • Reducir el colesterol o mejorar el lipidograma.
  • Controlar el peso corporal.
  • Ayudar a controlar la presión arterial, sustituyendo la sal de mesa por condimentos.
  • Controlar las glicemias en el caso de tener diabetes tipo I o tipo II.

RECOMENDACIONES GENERALES:

  • Limitar el consumo de grasas saturadas y grasas trans, bajar el consumo de carnes rojas, fiambres y embutidos, lácteos enteros, quesos muy grasos o duros, productos de pastelería o bizcochería, alfajores o similares.

Aumentar el consumo de pescado, atún al agua, lácteos descremados y quesos magros. Se puede utilizar harinas integrales, de avena, garbanzo, arroz, entre otras, haciendo preparaciones caseras con edulcorantes naturales (por ejemplo con el uso de frutas o  dátiles).

  • Limitar el consumo de SAL de mesa; más de la mitad de sodio del consumo de los uruguayos es a través de la “sal oculta”, es decir, todos los alimentos de una manera u otra contienen sodio.

Sustituir el consumo de sal por condimentos naturales como el ajo, perejil, cúrcuma, azafrán, orégano, paprika, pimienta blanca y pimienta negra, entre otras.

  • Evitar el consumo de los ultraprocesados y de productos congelados que son empanados o prefritos. Estos están cargados de grasas, azúcares y exceso de calorías, no siendo la mejor opción

Elegir en forma inteligente, buscando que nuestros alimentos tengan la menor cantidad de productos agregados; es aquí donde debemos mirar la tabla nutricional con los ingredientes.

  • Generalmente hay un bajo consumo de fibra alimentaria, por falta de ingesta de frutas y verduras. También de cereales con fibra o leguminosas.

Incorporar en el plan de alimentación como mínimo 5 piezas diarias de verduras crudas y/o cocidas y frutas; esto ayudará a cubrir los requerimientos de vitaminas y minerales. Además, incluir leguminosas como porotos, lentejas y garbanzos (en ensaladas, cazuelas con verdura y snacks saludables) harinas de avena, garbanzos u otras, y avena laminada, que ayudará a aumentar la fibra dietética diaria, beneficiando ampliamente a nuestro organismo.

  • Por practicidad se usan preparaciones fritas, o sofritos, donde el aceite se expone a un aumento importante de temperatura, lo cual no es adecuado.

Debemos cocinar al horno, vapor, wok o plancha, siempre buscando formas más saludables y tratando de incorporar el aceite crudo al final de las preparaciones.

  • El consumo de mate, té, café, sopas, caldos, jugos de fruta o bebidas colas no se contabilizan como líquido de hidratación.

Se debe hidratar con agua y no se debe esperar a tener sed para tomarla.

Estos pequeños cambios, sumándole la actividad física, ayudarán a lograr sus objetivos.

 

Gianella Pedemonte
Lic. en Nutrición

 

 

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