¿Qué es Horneros?
Horneros es uno de los movimientos de «Pastoral de Profundización», que busca, junto con toda la propuesta académica y pastoral, “formar hombres y mujeres para los demás”.
Desde una propuesta contracultural de servicio voluntario, este movimiento procura, acercar a los adolescentes a diferentes realidades, sensibilizarlos ante las mismas e incentivar en ellos el trabajo solidario.
Se intentará profundizar en el crecimiento de los alumnos como personas y en su proceso de Fe, desde un ámbito diferente al curricular, pero apoyando y apoyándose en el mismo enmarcado en la espiritualidad ignaciana.
Los responsables de llevar adelante el Movimiento son el equipo asesor, los Coordinadores de Baquianos y los Baquianos (voluntarios ignacianos). Todos ellos deberán ser testimonio y guía en el proceso de los alumnos. Trabajarán en equipo con los demás miembros de la pastoral y de la comunidad educativa, profundizando en la misión a la que han sido llamados: “contagiar el amor de Dios”.
Es desde la participación de los chicos en las actividades del Movimiento (servicios, Cottolengos, campañas) que ellos “anidan esperanzas”; transmitiendo sacrificio y entrega al necesitado dan hogar a la esperanza de que otro mundo es posible.
Los pilares y objetivos de Horneros
Al vivir la FE en forma COMUNITARIA y a través del SERVICIO, Horneros invitará a los alumnos a experiencias concretas de acercamiento y de encuentro con la persona de Jesús.
- Evangelizar a través de la educación. Buscarán el desarrollo integral de la persona, con un énfasis en las dimensiones espiritual, eclesial y de servicio, especialmente a los más necesitados.
- Promover un acercamiento, no meramente intelectual, a diferentes realidades, fomentando la sensibilización y mediante el trabajo, formar personas deseosas de dar una respuesta positiva y concreta a estas realidades de sufrimiento.
- Fomentar el conocimiento interno, cercano y de relación personal con Jesús, despertando el deseo de seguirlo.
Desarrollar la capacidad y el deseo de la oración, personal y comunitaria, como modo privilegiado de comunicación con Dios. - Invitar a una forma de participación que desarrolle el sentido y el estilo de vida comunitario en los jóvenes.