¿Para qué volver al Colegio?

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«El Colegio nos permite que llevemos a cabo un quehacer significativo y así,
poder afianzar nuestra identidad. Es la posibilidad de brindar algo de nosotros mismos al mundo.«

Sabemos que el comienzo de cursos suele ser un momento que nos desafía desde distintos lugares, principalmente desde nuestra esfera emocional.

Nos encontramos frente a la necesidad de establecer nuevos tiempos y ritmos, debemos organizar la jornada y el comienzo de las actividades. Necesitamos cumplir en casa y en el trabajo. Esto nos lleva a que podamos sentir que el tiempo no es suficiente para todo lo que debemos cubrir.

Es un volver a la rutina, por lo general extensa y demandante, que suele darnos la pauta de que el año efectivamente comenzó. Es normal sentirnos más presionados en esta época.

Por esto, nos resulta importante que podamos recordar las otras cosas que también comienzan junto con el inicio de cursos. Atendiendo el para qué de éste.

No solo se asiste al Colegio con el fin de formarnos académicamente -lo cual nos parece un aspecto importante-, sino que es también una oportunidad para construir sentido, crecimiento personal, humanismo, en definitiva, desarrollar nuestra existencia.

El Colegio nos permite que llevemos a cabo un quehacer significativo y así, poder afianzar nuestra identidad. Es la posibilidad de brindar algo de nosotros mismos al mundo.

Las instancias educativas nos invitan a que podamos desarrollar acciones trascendentes, porque nos permiten desplegar valores como ser: el compromiso, el amor y la solidaridad, entre otras. Acciones que colaboran para que el mundo esté mejor de lo que estaba antes de que fuesen realizadas.

Art11 imagen2El hacer -actividad tan presente en la educación- es un medio por el cual manifestamos el amor, nos permite brindarnos al resto, a los demás, al mundo.

Somos quienes somos, a través de las obras que realizamos cada día, por lo tanto el ámbito educativo es también un espacio de desarrollo existencial, porque es una forma que tenemos de ir aprendiendo a dar respuesta al desafío que es la vida.

Nos brinda la oportunidad de conocernos y de descubrir nuestras capacidades y limitaciones, y con ello, poder ejercer nuestra libertad de manera responsable.

Mediante el vínculo con los demás me conozco y conozco a los otros, trascendemos a nosotros mismos, nos abrimos al mundo. Podemos construir vínculos de amistad, grupos de pertenencia, grupos de trabajo y compartir valores, experiencias y actitudes que son, en definitiva, lo que nos permite ir desarrollando nuestra capacidad para enfrentar las posibles situaciones que se presentan en el día a día.

En el hecho de conocernos e ir conociendo al mundo voy descubriendo lo que quiero hacer y en ese hacer, me voy construyendo a mí mismo.

Nos parece entonces pertinente despedirnos con un fragmento del objetivo de la educación de la Compañía de Jesús:

Los jóvenes deberían sentirse libres para seguir el camino que les permita crecer y desarrollarse como seres humanos. Nuestro mundo, sin embargo, tiende a ver el objetivo de la educación en términos excesivamente utilitarios (…). La educación, por consiguiente, debe llegar a ser una investigación cuidadosamente razonada a través de la cual los alumnos forman o reforman sus actitudes habituales hacia los demás y hacia el mundo (16-17).

 

Ps. Lucía Rodríguez

 

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