“Cuando los intentos de conciliar el sueño fracasan, se eleva la segregación de adrenalina,
y los niños ingresan en un estado de ansiedad cada vez mayor,
lo que hace que quien intenta conciliar el sueño mantenga el estado de vigilia.”
(Ceberio, 2020)
En muchas ocasiones, a lo largo de este confinamiento, nos han llegado consultas acerca de algunas dificultades que se fueron generando en una de las rutinas y actividades más importantes del día, o más bien de la noche: El Sueño.
El sueño ha sido una de las temáticas elegidas más frecuentemente para el estudio e investigación de las disciplinas de la neurología y la psicología. Es considerado como uno de los factores más importantes a la hora de evaluar la salud mental de las personas, dado que el sueño no solo regula los estados de ánimo, sino también al ser humano en su totalidad, afectando al sistema inmunológico, endócrino, nervioso y motor, entre otros. Por este motivo es que debemos prestarle especial atención a los factores externos, tanto sociales como ambientales, y a los hábitos que puedan afectar a su calidad.
El sueño es definido como un proceso fácilmente reversible en donde el ser humano adopta una postura estereotipada. Durante el mismo, se disminuye la conciencia y se aumenta la reactividad a los estímulos externos. Está asociado a la relajación y a la inmovilidad, y usualmente se presenta con una periodicidad circadiana, es decir, que ocurre cada día aproximadamente a la misma hora.
El sueño es un factor que incide de forma significativa en la memoria y el aprendizaje en todas las etapas de la vida. Lograr un sueño saludable previo a las situaciones de aprendizaje es un factor que puede favorecer a la incorporación de contenidos y competencias. Algunos estudios indican que, en el momento que se consolida el sueño, se activan procesos mentales de reactivación y recapitulación de la información previamente aprendida. Es por esto que lograr un buen descanso cobra especial relevancia previo a las etapas en donde nos vemos más expuestos al aprendizaje, como lo es la etapa escolar.
Otra de las características a destacar de esta temática es que cada persona tiene distintas necesidades respecto al sueño, y por este motivo nos parece importante identificar los patrones personales a la hora de disponerse al descanso. Según expertos, existen tres patrones del sueño: corto, determinado por 5 horas diarias de sueño, intermedio, en donde la duración del sueño es de aproximadamente 7 u 8 horas diarias, y largo, en donde las personas duermen por lo menos 9 horas diarias. También existe un cuarto patrón que se define como variable: es aquel en el que las personas no tienen consistencia en los hábitos del sueño. Para lograr un mayor bienestar físico y mental, deberíamos acercarnos al patrón intermedio del sueño, logrando dormir de 7 a 8 horas diarias, con sus inevitables excepciones marcadas por los factores sociales y ambientales que nos afectan directa o indirectamente.
Bettina Tassino, doctora en Ciencias Biológicas y especializada en esta temática, describe en la columna del Ciclo del Sueño, del Programa No Toquen Nada (FM Del Sol), dos modelos de personas respecto al sueño y a su nivel de mayor actividad: “las alondras” y “los búhos”. Define como “alondras” a las personas que tienen un mejor funcionamiento durante la mañana, y “búhos” a las que en la noche presentan mayor actividad o eficacia en las tareas que emprenden. Así, explica que el reloj biológico de los adolescentes tiene una tendencia a estar “retrasado”, con un funcionamiento más bien tardío o de búho, lo que puede complicar su adaptación a las actividades liceales que se proponen en las primeras horas de la mañana.
Para seguir profundizando, consultamos a Elianne Silberman, Psicóloga de niños y adolescentes, especializada en sueño, quien nos compartió su mirada, como sigue a continuación:
¿Para qué te parece que es importante el sueño en los niños?
El sueño es fundamental en el desarrollo de los niños. Solo alcanza pensar algunos de los beneficios que tiene el buen descanso sobre todo en la infancia:
• estimula el aprendizaje
• mejora el estado de ánimo
• disminuye el estrés
• beneficia el sistema inmunológico
• restaura el cerebro
• ayuda a impulsar la imaginación
• recupera energía.
¿Cómo definirías un trastorno del sueño? ¿Qué tipos hay?
Los trastornos del sueño son problemas relacionados con el dormir. Estos incluyen dificultades para conciliar y mantener el sueño. Quedarse dormido en momentos inapropiados, dormir en exceso, son conductas anormales durante el dormir. El sueño es una necesidad fisiológica, es una conducta humana que se educa y se entrena.
Hablamos de Trastornos del Sueño en los niños cuando su vida cotidiana se ve afectada significativamente, incluyendo la relación padres e hijo, la relación de toda la familia y sus relaciones sociales y escolares.
Lo más importante es identificar que hay un Trastorno del Sueño que está afectando al niño para poder empezar, cuanto antes, a resolverlo.
Los Trastornos de Sueño más importantes en la infancia son:
• insomnio,
• el síndrome de piernas inquietas,
• el síndrome de retraso de fase,
• síndrome de apnea- hipopnea del sueño,
• el sonambulismo,
• los terrores del sueño,
• el despertar confusional,
• las pesadillas,
• los movimientos rítmicos,
• narcolepsia.
Cada uno de ellos es bien distinto entre sí y presentan causas y formas de tratamiento distintos.
¿Cómo te parece que inciden los tiempos de crisis, como este tiempo de pandemia, en el sueño de niños y adolescentes? ¿Qué recomendaciones darías a las familias, para este tiempo particular?
Desde marzo, cuando nos ha impactado la pandemia en nuestro país, las rutinas así como la calidad y cantidad de sueño de niños y adultos, se han visto puestas “patas para arriba”. Les diría que recuerden que dormir es una actividad necesaria, con ella se reestablece el equilibrio físico y psicológico básico de las personas. Cada niño es único y muchas veces precisan horas de descanso algo distintas entre sí. Por eso les sugiero algunas recomendaciones para estos tiempos de tanta desorganización en cuanto a horarios y rutinas en casa y para el manejo de nuevos dispositivos de trabajo en el colegio.
Cuidar la higiene de sueño:
• Mantener horarios similares cada día para empezar la rutina de acostarse a dormir en la noche.
• Cuidar el ambiente del dormitorio: asociar la cama con el dormir, evitar en niños de edad escolar la cama como posible espacio para comer, jugar, etc.
• Recordar que es importante la exposición a la luz natural por las mañanas e intentar en la noche mantener el cuarto con la mayor oscuridad posible. En caso de niños con algunos miedos, pueden usar veladoras o luces bien tenues para lograr segregar la hormona del sueño (Melatonina).
• Fomentar conductas relajantes antes de acostarse a dormir.
Rutina Diaria:
• Es fundamental tener una rutina durante la semana y los fines de semana o en las vacaciones podemos ser más flexibles.
• La rutina nos organiza, nos estructura y nos da confianza. Es espacialmente importante en la noche, ya que les da a los niños mayor seguridad y evita enojos o berrinches antes de irse a acostar.
• Elegir el horario para comenzar la rutina en casa.
• Elegir junto a los niños qué actividad placentera realizarán antes de dormir. ¿Es el baño? ¿Es un cuento? ¿Es un masaje o una canción? Toda conducta relajante, antes de dormir, será favorecedora.
• Evitar exposición a pantallas antes de dormir. Además de estimular a los niños y acelerarlos, no son beneficiosas para el buen descanso. No se trata de prohibirlas, sino de cuidar su buen uso y encontrar momentos dentro de la rutina diaria de cada hogar donde sea beneficioso utilizarlas.
Estas son solo algunas recomendaciones. Como verán, son muchos los aspectos a tener en cuenta a la hora de pensar en el buen descanso de los niños. Si los niños o adolescentes están atravesando alguna crisis o desajuste en el sueño, la buena noticia es que hay solución. ¡La clave está en ser pacientes y perseverantes!»
Otras recomendaciones a considerar:
- Diario del sueño: es recomendable tener un cuaderno en la mesa de luz que pueda ser receptor de pensamientos, preocupaciones y emociones que nos ronden a la hora de dormir, para luego volver a retomarlo a la mañana siguiente.
- Identificar el patrón del sueño propio plasmando en el diario del sueño la hora de acostarse, horas de descanso, facilidad o dificultad de conciliación del sueño y momentos de interrupción del mismo durante la noche.
- Relajación corporal: puede utilizarse música instrumental para acompañar este momento. Practicar una respiración rítmica que colabore la relajación muscular.
Referencias:
→ http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0026-17422013000400002
→ https://lamenteesmaravillosa.com/cual-es-tu-patron-de-sueno-y-como-influye-en-tu-salud/
→ https://lamenteesmaravillosa.com/los-terrores-nocturnos-en-los-ninos/
→ Columna en programa “No toquen Nada” – Del Sol FM. Capítulo 3 del ciclo del sueño. Los horarios de los liceales, el desempeño de los adolescentes y la ventaja de los turnos.
→ Para ampliar:
Elianne Silberman_ Instagram: @s.o.s_zzz
Ps. Inés Abreu
Ps. María Noel González Farina