Back to School!

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“Es de suma importancia dialogar con el niño sobre cómo serán sus rutinas a lo largo del año,
de esta forma  también él se podrá ir organizando.”

Finaliza el tiempo de vacaciones donde los horarios son más flexibles, donde hay más tiempo compartido en familia o con amigos; pero es hora de volver a la rutina.

Temida por algunos y buscada por muchos otros, la rutina se traduce en horarios pautados, menos tiempo en casa, más actividades individuales y menos horas en familia; pero la misma es importante para generar seguridad y confianza dándole al niño previsibilidad. Es importante que estos cambios se vayan dando paulatinamente y no de un día para el otro. Una buena opción es ir introduciendo, entre una semana y diez días antes de empezar las clases, las rutinas que formarán parte del día a día del niño durante el ciclo lectivo. Por ejemplo, respecto al sueño, el reloj biológico deberá ir acostumbrándose a los horarios de acostarse y levantarse. Siendo que aún no concurre al colegio, se podrán aprovechar las mañanas para realizar alguna actividad física recreativa y/o retomar contenidos del año anterior que sean de interés para el niño, ayudándolo a empezar con más confianza el año.

Es de suma importancia dialogar con el niño sobre cómo serán sus rutinas a lo largo del año, de esta forma también él se podrá ir organizando. Si es la primera vez que concurre al colegio, conviene conversar y transmitir confianza sobre lo importante que es para nosotros el centro educativo que elegimos y que será un lugar en el cual se sentirá a gusto. Esto es clave, ya que, en la medida que los padres confíen en el colegio y el equipo docente, el niño lo percibirá y se sentirá de igual manera. Como padres es difícil no tener sentimientos ambivalentes durante el período de adaptación a un nuevo colegio, a una nueva etapa. Para no transmitir angustia o ansiedad a nuestro hijo, debemos mantener un buen diálogo y comunicación con la institución.

 

¿A qué nos referimos cuando hablamos de período de adaptación?

Es el proceso que transita el niño hasta lograr sentirse social y emocionalmente a gusto en el colegio. Puede durar desde unos pocos días o semanas, hasta meses en algunos casos; hay que respetar el ritmo de cada uno y estar atentos en nuestra actitud y acompañamiento como padres.

Según algunos autores, este proceso tiene tres fases:

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  1. Protesta: puede durar una semana o más. Se manifiesta con llantos, expresiones de disgusto o sentimientos de soledad; conductas regresivas, ansiedad, conductas de inhibición y/o rabietas. No hay que minimizar lo que el niño siente, busquemos tranquilizarlo conversando con él, transmitiéndole que en poco tiempo se sentirá más a gusto.
  2. Ambivalencia: se dan momentos de protesta, donde pueden aparecer llantos y pataletas, así como también momentos de disfrute.
  3. Adaptación: a lo largo de los primeros meses irá logrando adaptarse al espacio físico, al entorno, a los educadores y a los compañeros. Participará con alegría de las propuestas y se relacionará con sus pares generando nuevos vínculos. Poco a poco se irá apropiando del espacio del colegio, vivenciándolo como su “segunda casa”.

 

A continuación algunos tips para este período de adaptación:
  • Demostrar seguridad y confianza a la hora de dejar al niño en la institución.
  • Evitar despedidas muy prolongadas. Podemos hablar del colegio en casa, más que en la puerta de entrada, allí llegamos decididos a que todo lo conversado se llevará a cabo.
  • Respetar horarios de llegada y salida. El niño estará esperando que lo recojan a la hora previamente acordada. Puede ser de gran ayuda explicar los horarios mediante actividades que realizarán en el colegio, por ejemplo: “luego de la merienda te voy a buscar”.
  • Es importante que la asistencia sea regular, de lo contrario puede retrasar este proceso de adaptación.
  • Durante este período, lo ideal es que sean los padres quienes lleven y recojan al niño. De no ser posible, es bueno que tenga claro quién lo irá a buscar cada día.
  • La adaptación al transporte escolar también debe ser paulatina. En lo posible una vez que en cierta medida se haya adaptado al medio escolar.
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  • En casa lo podemos ayudar no haciendo por él, tareas que puede realizar solo. De esta forma irá ganando seguridad y creciendo en autonomía, habilidades claves durante el proceso de adaptación.
  • Hablar con el niño sobre cómo fue su día en el colegio. Fortalecer y trasmitir lo contentos que estamos de que concurra allí.
  • Tener mucha paciencia durante esta etapa; puede parecer que todo va “viento en popa” y de pronto surgir algún retroceso. Lo más recurrente es que se dé luego de las primeras vacaciones (Semana Santa) donde pueden volver a aparecer conductas que ya habían sido superadas o que nunca habían acontecido.

Teniendo todo esto en cuenta y si respetamos los horarios pautados por el colegio para este proceso de adaptación, los chicos podrán transitarlo de forma saludable. Es importante que si existe alguna inquietud, la despejemos a través de los medios que brinda la institución (cuaderno de comunicados, entrevistas, etc.). Es fundamental que como padres canalicemos todas las dudas junto con la institución y no con el niño.

Finalmente, para quienes desean continuar profundizando sobre el tema, les sugerimos que visiten las siguientes páginas donde encontrarán más ideas o información a la cual pueden recurrir:

El estrés del regreso a clases

Ayudando a los niños en su regreso a clases

Cómo lograr un feliz y exitoso regreso a clases

¡Mucha suerte y ánimo en esta etapa!

Lic. Lucia Scremini

 

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