“Existen algunas medidas que pueden colaborar a la prevención del fenómeno,
siendo la primera de ellas el buen diálogo con nuestros hijos.”
La violencia entre pares en los entornos educativos ha existido desde siempre, sin embargo desde hace relativamente poco tiempo contamos con las herramientas para poder reconocerla y abordarla en forma adecuada.
Probablemente la mayoría de los padres lectores puedan recordar que en su época nadie hablaba de bullying o de acoso en la escuela sino de “problemas de niños” o de “bromas pesadas”. Gracias al avance de las ciencias sociales y a los episodios de suicidios acaecidos en varios lugares del mundo, como producto del hostigamiento entre pares, es que la comunidad científica primero y luego la sociedad en su conjunto comienza a tomar consciencia de la importancia que tiene este fenómeno en el presente y futuro de nuestros hijos.
El hostigamiento escolar -más conocido como “bullying”- comenzó por ser conceptualizado como un problema de dos partes, la víctima y el/los hostigadores; con el avance del estudio del fenómeno se vio que se trata de un fenómeno grupal mucho más complejo, que incluye a otros actores que son también responsables del sostenimiento o detención del maltrato. Tomar consciencia de esto es clave ya que, si bien sus hijos pueden no estar formando parte del núcleo víctima-hostigador, podrían en algún momento participar de esta dinámica desde otro rol; por ello conocer de qué se trata el fenómeno y cuales son los mecanismos institucionales que debemos activar en caso de sospechar de una situación de maltrato entre pares, será fundamental en la tarea de acompañar a los chicos.
¿Qué es el hostigamiento escolar o bullying? ¿Cuáles eventos conforman una situación de conflicto normal entre pares y cuáles se encuadran dentro de la dinámica bullying?
Si su hijo está teniendo dificultades con sus compañeros, es importante que antes de categorizar esta situación como hostigamiento se revisen las condiciones en las que el maltrato está ocurriendo.
El bullying se define como un subtipo de conducta agresiva en el que un individuo o grupo ataca en forma repetida, humilla y/o excluye a una persona relativamente frágil (Salmivalli, 2010).
Aquí es importante tener en cuenta las tres claves que aparecen en la definición y que nos permiten discriminar una situación de bullying de un conflicto normal entre pares. Estas tres condiciones que definen el fenómeno pueden sintetizarse en la sigla, TIP.
- La agresión debe ser reiterada en el tiempo, manteniendo sus mismos protagonistas. Esta cualidad es la que muchas veces nos permite discriminar lo que puede ser una pelea o conflicto circunstancial de una dinámica instalada de hostigamiento (Barg, 2012).
- La agresión debe ser intencional, busca producir un daño herir o lastimar a otra persona (Barg, 2012).
- Esta tiene que ocurrir en una relación de desequilibrio de poder que puede tener que ver con la fuerza física o con otros atributos de los actores. Esto provoca que la víctima vea sus posibilidades de defenderse muy limitadas colocándola en una situación de indefensión (Barg, 2012).
TIEMPO – INTENCIONALIDAD – DESEQUILIBRIO DE PODER son los tres elementos para discriminar una situación de conflicto normal entre pares, de un episodio de bullying. Notarán que evaluar estas condiciones puede no ser tan sencillo; por eso es que en caso de sospechar de una situación con estas características, sugerimos busquen asesoramiento con el equipo técnico de la institución o lo reporten con los referentes del colegio que acompañan a sus hijo.
¿De qué forma puede estar hostigada la víctima?
El maltrato entre iguales puede tomar distintas formas. Por eso es importante estar atentos, ya que comúnmente asociamos el hostigamiento al maltrato físico y este no es el más frecuente. A continuación les presentamos algunos de los tipos de maltrato más estudiados.
- Maltrato Físico: incluye agresiones a través de empujones, patadas, puñetazos, agresiones con objetos. En general este tipo de agresión es más frecuente entre los varones y especialmente en la escuela. Tiende a ir disminuyendo con el desarrollo del sujeto.
- Maltrato Verbal: estos podrían ser insultos y sobrenombres, que buscan menospreciar a la víctima en público. Esta ha sido identificada como la forma más habitual de hostigamiento.
- Maltrato Psicológico: Son aquellas acciones encaminadas a disminuir la autoestima y fomentar la inseguridad y temor de la víctima. Este componente psicológico está presente en todas las formas de maltrato.
- Maltrato Social: Pretende aislar a la víctima, disminuyendo su estatus en el grupo y haciendo partícipes de esto a otros individuos. Comúnmente conocido como la exclusión.
- En los últimos tiempos se ha agregado a esta clasificación el denominado Ciberbullying: se trata de una forma más reciente de hostigamiento que puede darse por las redes. Representa un gran desafío para el control del fenómeno, ya que, por su velocidad de propagación y anonimato, lo vuelve más difícil de prevenir, conformando un escenario ideal para las prácticas del hostigamiento.
¿Quienes participan del bullying?
Normalmente este fenómeno se asocia con los roles de la víctima y el hostigador; pero existen otra serie de roles menos conocidos que pueden ser asumidos por los chicos y que son justamente los roles más importantes en el sostenimiento o detención del maltrato ya que el bullying, en esencia, es un fenómeno que requiere del “público”. Si el hostigador/es no cuenta/n con los testigos que lo apoyen difícilmente sostenga/n el acoso. Así es que tenemos roles que llamaremos pro-bullying y roles anti-bullying. Dentro de los roles pro-bullying encontramos a los sujetos que apoyan al hostigador en la tarea de maltratar a la víctima, algunos tomando acciones concretas de maltrato (asistentes) y otros simplemente reforzando positivamente la conducta del hostigador, con muestras de aprobación como ser sonrisas o comentarios que lo alientan a perpetrar la violencia (reforzadores). Por otro lado dentro de los roles anti-bullying encontramos a los defensores, ellos son alumnos que toman acciones concretas de apoyo a las víctimas, en general son niños que demostraron ser más empáticos, buscar favorecer este rol entre los chicos es muy importante ya que son los grandes aliados del buen trato, es necesario que los defensores se sientan cuidados al reportar el maltrato y apoyados por los adultos al defender a las víctimas, de lo contrario buscarán evitar el conflicto convirtiéndose en posibles externos es decir sujetos que ven la situación pero no se implican directamente, pueden no estar de acuerdo con el maltrato pero no hacen nada por detenerlo muchas veces por temor a ser ellos victimizados.
Es importante tener en cuenta que estos roles no son fijos y que debemos ayudar a los chicos a que frente a situaciones de este tipo puedan tomar consciencia de dónde se encuentran posicionados intentando promover en sus hijos el deseo de ayudar a las víctimas y la noción de que aunque no participemos directamente del maltrato el ser testigos del mismo nos vuelve responsables, no hacer nada también es una forma de hacer algo en favor del sostenimiento del ciclo de la violencia.
¿Cómo podemos identificar a un chico que está siendo hostigado?:
El elemento clave en la detección de los alumnos hostigados son los cambios repentinos en la conducta. En esto cada padre conociendo las características de su hijo puede evaluar si su actitud es normal y tiene una continuidad con su desarrollo o si se dio un quiebre, aquí les dejamos algunas claves de conducta que pueden servir para afinar la mirada en este sentido.
- Expresa deseos de no ir al colegio, presenta molestias somáticas asociadas a la escuela.
- Llega a casa con sus útiles o pertenencias en mal estado. Pierde sus pertenencias con frecuencia.
- Se torna más apático, introvertido parece perder su autoconfianza. Se muestra más ansioso que de costumbre Pérdida de apetito, llora antes de dormirse, tiene pesadillas recurrentes. Puede estar irritable con dificultades para manejar la ira.
- Tiene marcas en su cuerpo que no resultan claras en cuanto a su origen. Está generalmente solo, sin amigos. Se niega a hablar sobre los elementos explicitados anteriormente.
¿Cómo podemos ayudar a la víctima?
Existen algunas medidas que pueden colaborar a la prevención del fenómeno, siendo la primera de ellas el buen diálogo con nuestros hijos. Recomendamos que hablen con sus hijos sobre cómo estuvo el colegio, con quién jugó en el recreo, etc., buscando a través del diálogo interiorizarnos en su mundo de relaciones sin ser invasivos. Es importante que esto no resulte en investigación policial y que cuando los chicos nos traigan sus problemas de vínculos podamos escucharlos sin juzgar, ya que muchas veces estos conflictos desde la mirada adulta pueden resultar menores, pero para los chicos representan verdaderos desafíos en el mejor de los casos o problemas importantes de relacionamiento.
Se aconseja también cuidarse de dos posibles reacciones que suelen ser muy dañinas a la hora de afrontar una situación de bullying como padres, por un lado el sobrereaccionar y en el polo opuesto el minimizar el problema. Sobre reaccionar puede dejar muy expuesto al niño y generar más ansiedad y deseos de evitar el colegio. Minimizar el problema puede dejarle el mensaje de que su problema es menor con lo que podemos aumentar las posibilidades de que el chico se crea merecedor del maltrato y disminuya sus estrategias de pedir ayuda y por ende sus posibilidades de terminar con el maltrato.
Si existe una sospecha de maltrato, lo primero es conversarlo con sus hijos, asegurándoles que no es admisible y que tampoco es su culpa, y asegurándole que vamos a acompañarlo y protegerlo para que se detenga y que él pueda salir adelante.
Es importante no prometer que el tema se guardará en secreto, ya que esto debe ser reportado para poder ser trabajado adecuadamente. Reportar la situación en la escuela y hacer partícipe al equipo técnico que trabaja con el alumno es fundamental.
Invitar amigos a la casa en principio en forma individual para que vaya ejercitando sus habilidades sociales.
Algunos chicos pueden necesitar un apoyo extra de carácter psicológico/psiquiátrico para elaborar las heridas del maltrato y para aprender herramientas que lo ayuden a defenderse mejor en el futuro y que colaboren con el desarrollo de sus habilidades sociales.
Si bien esta síntesis no agota el tema, esperamos sirva de disparador para comenzar a hablar sobre estos temas en casa y para que busquemos como comunidad educativa dar una respuesta a estas situaciones, que tanto dolor y consecuencias negativas para el desarrollo generan en todos los que la presencian. Los invitamos a comprometerse junto con nosotros a la lucha contra la violencia entre pares.
Ps. Verónica Hughes
IMÁGENES: «13 Reasons Why»
Enlaces de interés
→ https://libresdebullying.wordpress.com/padres/
→ http://www.kivaprogram.net/
Algunos videos para reflexionar con sus hijos