La fruta deshidratada es una opción saludable para aquellos que les gustan los dulces y la fruta. Es fácil de hacer y puede ser la merienda más saludable y rápida para los niños.
Estas frutas contienen azúcar también, pero no son tan dañinas como el azúcar refinado que consumimos normalmente.
Selecciona la fruta
Escoge la fruta que quieres deshidratar. Puedes elegir entre muchas opciones. Las más comunes son las manzanas, duraznos, ciruelas, plátanos o fresas.
Pero puedes probar también con otros tipos como el higo, kiwi, piñas, peras, mango, cáscaras de cítricos y muchas otras. El límite está en tu imaginación. Fíjate que estén en buen estado.
Corta la fruta
Puedes cortarlas en rebanadas o cubos. Antes de hacerlo, lava muy bien cada una.
También debes asegurarte de cortar los trozos de tamaños similares para que se sequen todos a la vez.
Secado al horno
Coloca el horno a 60°C. Pon las bandejas con la frutas y deja la puerta del horno un poco abierta. De esta manera permites la salida de cualquier vapor.
Comprueba si está lista
Cada tipo de fruta tiene un tiempo de secado, por lo cual deberás probar si está seca de la siguiente manera:
- Toca un pedazo de fruta; si compruebas que está seca pero no frágil y que es flexible, ya está lista.
- Toma un pedazo de la fruta y córtala. Si aún hay restos de humedad es posible que necesite un poco más de horno.
Con estos sencillos pasos ya tienes tu fruta seca hecha en casa.
Puedes experimentar a deshidratar desde un importante volumen de frutas diferentes, como kiwis, manzanas, fresas, plátanos…
Gianella Pedemonte