Buscando nuestro tigre siberiano

 
La invitación es ahora a poder hablar desde la casa con sus hijos
sobre las decisiones vocacionales, sobre aquello que los mueve,
lo que antes los apasionaba y ahora capaz no (o sí),
del camino que no es lineal, del aprendizaje a través de los errores.”

En tiempos del desafío medioambiental que vivimos y de la necesidad de concientizar sobre nuestras acciones y estilos de vida que llevamos para proteger el planeta, Netflix presenta su nuevo y espectacular documental de 8 capítulos llamado “Our Planet”. Esta serie muestra lugares realmente mágicos e increíbles, y gracias a la última tecnología utilizada (drones, y cámaras Ultra HD 4k) uno tiene la sensación de estar nadando en el océano, o de estar recorriendo la selva junto los animales. Uno de los momentos que más me impactaron de la serie (disculpen el spoiler) fue cuando relataron la experiencia de haber filmado al tigre siberiano en el lejano oriente ruso.

Este tipo de tigres, además de ser tímidos y escurridizos, son una de las tantas especies que están en peligro de extinción: quedan menos de 600. El equipo de camarógrafos de “Our Planet” prepara un plan minucioso para poder filmarlos. Pero están frente a un gran problema: estos animales suelen huir si sienten la presencia humana, y pueden percibirla fácilmente, por lo tanto tienen que instalar pequeñas cabañas de madera en escondites para meterse en el hábitat del tigre. Dentro de estas diminutas casillas viven camarógrafos durante varios días sin poder salir, esperando encontrarse con el animal mencionado.

Al mismo tiempo, un miembro del equipo de camarógrafos llamado Kieran O’Donovan, recorre kilómetros y kilómetros instalando una red de cámaras gracias a las sugerencias de científicos locales, para intentar identificar la verdadera ruta del tigre. ¿Cómo funcionan estas cámaras? Se activan con el movimiento, por lo tanto Kieran deberá regresar periódicamente para revisar las tomas y ver si finalmente logran la tan esperada imagen. Pasan los primeros días, luego meses, y logran filmar con éxito un montón de animales, menos al famoso tigre siberiano.

Este animal patrulla casi dos mil kilómetros cuadrados buscando alimento para poder sobrevivir al invierno; Kieran con su equipo continúan ajustando la ruta para seguir moviendo sus cámaras.

Finalmente, después de dos inviernos crueles para los miembros del equipo que lo pasaron escondidos en las casillas, y luego de dos años de rodaje, logran filmar al tan pero tan esperado tigre.

Kieran emocionadísimo hasta las lágrimas dice “dos años de trabajo por unos minutos de video, hace que todo valga la pena”. Luego reconocerá en varias entrevistas que fue de las filmaciones más difíciles que le tocó grabar pero siempre admitiendo que terminó valiendo la pena, que terminó teniendo sentido.

Al conocer la historia de Kieran y su equipo no pude dejar de pensar en semejante lección que nos entregan acerca de nuestros procesos vocacionales y de la toma de decisiones. En momentos de tanta inmediatez, o de la búsqueda de satisfacción instantánea, qué difícil nos resultaría imaginarnos esperar dos años para lograr cumplir un objetivo, ¿Verdad? Se acerca lentamente el cierre de cursos, y para los estudiantes de Bachillerato de Secundaria este es un tiempo de decisiones. Les guste más o menos a nuestros jóvenes, pero todos tienen que anotarse en una opción de bachillerato, y aquellos que culminan esta etapa tendrán que elegir qué facultad cursar y en cuál universidad hacerlo. Muchas decisiones en pocos años, pero ¿Uno está preparado a esta edad para responder a preguntas tan importantes? Creemos que no. Los aportes de la neurociencia y sus estudios acerca del cerebro adolescente nos señalan que este órgano tan importante aún está en construcción. Hay áreas que están activándose y que antes no se usaban. Por esto es esperable -y hasta razonable- que les cueste mucho proyectarse hacia su futuro próximo, debido a su cerebro que se está reestructurando. Para poder conseguir un cerebro organizado, plástico, y flexible, hay que pasar por esta etapa adolescente.

Nuestro sistema educativo no les deja mucha alternativa a nuestros estudiantes, por lo tanto ellos deberán elegir en qué Bachillerato anotarse cuando cursen quinto; en base a esta decisión luego volverán a elegir qué sexto hacer, y finalmente a qué universidad, ir teniendo en cuenta los requisitos de ingreso. ¿De qué manera los acompañamos en este proceso de toma de decisiones? Primero que nada, buscando que nuestros jóvenes sean conscientes de que están creciendo, que sus ideas van cambiando, que otras nuevas se irán consolidando, y que esta decisión vocacional refiere a un proceso que lleva tiempo, que es algo que se va construyendo, es algo dinámico, y no es una decisión de respuesta mágica. Por esto, el manejar varias opciones e incluir nuevas alternativas es algo a lo que tenemos que estar preparados, y no tener miedo al cambio dentro de este proceso vocacional. Algunos estudiantes elegirán un bachillerato estando muy seguros, y otros se sentirán que aún no están preparados; en ambos casos deben entender que es una decisión que hay que madurar, y que no existe un único camino lineal que seguir.

Trabajar desde la experiencia humana es transformar. Las hormigas, los castores, las abejas y varios animales son ejemplos de trabajo, pero hasta ahora no nos hemos enterado que tengan crisis vocacionales, están determinados toda su vida a repetir la misma tarea. Los seres humanos en cambio tenemos la posibilidad de hacernos una pregunta: ¿Qué quiero hacer?,¿qué quiero ser?

Responde a un proyecto de vida, de futuro. De ahí el significado de vocación que tanto hemos escuchado: responder a un llamado. ¿Pero de dónde viene ese llamado? Es un llamado que viene de adentro y se vincula a la búsqueda, en donde cada uno está vinculado a su propio sentido.

Por otro lado, trabajamos con nuestros estudiantes el valor de conocer los intereses de cada uno. Saber qué cosas me gustan, en cuáles soy bueno, qué tareas considero que me salen con facilidad, ¿Realmente considero que tengo un talento para algo?, son aspectos claves para una decisión vocacional saludable. Conocemos hoy gracias a los aportes de las inteligencias múltiples que todos podemos ser inteligentes en y para algo. El desafío es poder descubrir esto. ¿Cómo lo descubrimos? En base al ensayo y error. Probando, haciendo que nuestros estudiantes arriesguen, elijan, prueben, y otro aspecto importante, equivocándose, para poder aprender del error.

Creemos importante hoy el aporte que refiere al valor del esfuerzo y del trabajo. No estamos simplemente hablando de ser inteligentes en un área específica, o de tener talento para algo, sino además, tener determinación y entregarse por aquello que nos apasiona. Nuestros estudiantes tienen que saber que para el futuro que se están formando será necesario desarrollar determinadas aptitudes, si bien será importante poder tener un talento o desarrollarlo, será trascendente poder ser perseverante, esforzado, sacrificado, y apasionado por lo que uno hace.

Así como Kieran y su equipo sortearon obstáculos y dificultades para cumplir su objetivo de filmar al tigre siberiano, pudieron hacerlo porque confiaron en su objetivo final, en aquello que los apasionaba y los movía. Trabajaron mucho, se esforzaron, y fueron determinados en su búsqueda. En el bosque, mientras pasaban esos dos años de filmación y no lograban encontrar al tigre, probaron, acertaron y erraron; y gracias a esto ajustaron la ruta posible para sus cámaras.

Fueron pacientes, muy pacientes, aprendieron seguramente a disfrutar el recorrido. Todos elementos claves para que nuestros estudiantes vivan un recorrido vocacional saludable. Una gran fuente de sentido para nuestras vidas es el trabajo, desde allí es que le otorgamos tanto valor al camino vocacional, entendemos el trabajo como algo que hacemos para el mundo y que nos nutrimos de él.

La invitación es ahora a poder hablar desde la casa con sus hijos sobre las decisiones vocacionales, sobre aquello que los mueve, lo que antes los apasionaba y ahora capaz no (o sí), del camino que no es lineal, del aprendizaje a través de los errores, y ojalá que cada uno pueda proyectar encontrar su propio tigre siberiano. Algo que sea difícil de lograr, casi inalcanzable por momentos, pero que nos empuje a levantarnos, a trabajar duro por ello, a sacrificarnos, a ser pacientes en esa búsqueda. Y luego de un tiempo, poder disfrutar del recorrido con la satisfacción de haber logrado lo que nos propusimos.

Psic. Juan Pablo Cibils

→ Imágenes fuente: NETFLIX: OUR PLANET (2019)

→ BIBLIOGRAFÍA consultada:

• Duckworth, Angela (2016) “Grit. El poder de la pasión y la perseverancia”. Urano.
• Marina, José Antonio (2014) “El talento de los adolescentes”. Grupo Planeta.
• Sinay, Sergio (2012) “¿Para qué trabajamos?” Paidós.
• Punset, Eduardo (2012) “La adolescencia nos hizo humanos”. Capítulo 137 del documental Redes.
• Bueno, David (2018) ¿Cómo funciona el cerebro de un adolescente? Disponible en este enlace

 

 

Trabajá con nosotros

Enviá tu CV a:
[email protected]

Proveedores

Por consultas escribir a:
[email protected]

Por consultas edilicias escribir a:
[email protected]

Reserva de espacios

Escribinos a:
[email protected]