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1 kilogramo de berenjenas
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1 pizca de sal
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1 cucharada sopera de aceite de freír
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2 dientes de ajo
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1 cebolla
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1 lata de tomate natural
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1 cucharada sopera de albahaca
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1 pizca de orégano
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½ cucharadita de azúcar
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200 gramos de queso fresco
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4 cucharadas soperas de queso rallado
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Pelar, cortar en rodajas finas y colocar las berenjenas en un colador.
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Espolvorear las berenjenas con sal para que se escurran y arrastren el excesivo sabor amargo de esta verdura (deben reposar unos 20 minutos).
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Mientras tanto hay que preparar la salsa en una sartén, dorando el ajo picado y la cebolla picada en 4 cucharadas de aceite.
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Agregar el tomate triturado a la sartén, rehogar y condimentar con la albahaca picada, la sal, el orégano y la media cucharadita de azúcar. Cocinar a fuego lento.
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Mientras se hace la salsa, lavar las berenjenas, secarlas y cocinarlas en aceite, por ambos lados.
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Acomodar las berenjenas en una fuente para horno, disponiendo en capas porciones de berenjenas, de salsa, de rodajitas de queso fresco y un poco de queso rallado.
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Por último, llevar a fuego fuerte al horno hasta que el queso rallado se gratine. Y ¡listas para dirfutarlas!
Gianella Pedemonte