“Es así que es bueno que todos pongamos sobre la mesa cómo nos hace sentir
esta situación, preguntemos a los chicos cómo se sienten
con lo que está sucediendo, y validar sus emociones.»
Durante el fin de semana el flujo de información sobre el coronavirus COVID-19 ha sido impresionante y muy heterogéneo: noticias sobre el cuidado de los otros y la corresponsabilidad, sobre medidas sanitarias, canciones, memes, materiales que nos invitan a la reflexión, etc.
Desde el Departamento de Psicología y Orientación esperamos poder acompañarlos y aportar desde nuestro rol al cuidado de la familia y, en especial, de los hijos.
El tiempo que estamos viviendo es un tiempo diferente, debido a una situación no acontecida anteriormente en la historia de cada uno, y es normal que tengamos sensaciones de extrañeza, incertidumbre, miedo y ansiedad. Por esto queremos ayudarlos a transitar, junto con sus hijos, este período distinto, sacando lo mejor de sí y de lo que nos toca vivir. Entendemos que la situación de aislamiento o confinamiento durante varios días en los hogares pueda producir cierto malestar psicológico en la familia. Lo bueno es que contamos con factores protectores, que nos ayudarán a pasar este tiempo en familia de la mejor manera posible, apelando a sentir internamente el disfrute de estar juntos como oportunidad única de encuentro.
Compartimos algunas sugerencias:
1. Mirarnos para luego responder
Podemos elegir la manera de responder a la realidad que estamos viviendo; para eso es importante primero tratar de tomar contacto con nuestras emociones en torno a ella, para poderlas gestionar de manera adecuada. Es así que es bueno que todos pongamos sobre la mesa cómo nos hace sentir esta situación, preguntemos a los chicos cómo se sienten con lo que está sucediendo, y validar sus emociones.
2. Tener cuidado con el manejo de la información
La sobreinformación nos expone a sufrir ansiedad y recibir noticias o materiales de dudosa procedencia. Por esto es bueno que elijamos algunos momentos al día para estar informados de parte de los medios adecuados y veraces, para seguir de cerca las medidas a ir tomando. Evitemos que los niños estén presentes cuando se escuchan las noticias; los noticieros están dirigidos a los adultos, y los niños no cuentan con los recursos para procesar la información recibida de la misma forma. Los chicos necesitan que filtremos la información y, sin dejar de ser sinceros, les expliquemos lo que está sucediendo y cómo evoluciona la situación con palabras que puedan comprender según su edad evolutiva. Si hay cosas que no sabemos, no temamos decirlo, expresando que lo antes posible lo sacaremos de esa inquietud, ya sea preguntando al pediatra cuando lo visiten, o a algún entendido en la materia.
Cuanto mayores sean, más capacidad tendrán de problematizar y cuestionar la información que llega desde diferentes fuentes, por lo que es una buena oportunidad para reflexionar con los niños y adolescentes sobre el discernimiento de la información que nos llega constantemente.
3. Comprender que es una cuestión de responsabilidad social
Cuanto más pequeños, los niños lo que más sienten es lo que les afecta directamente, y tener que cambiar forzosamente sus rutinas y permanecer en casa les puede estar ocasionando algún tipo de incomodidad psicológica. Intentemos que entiendan, con palabras adecuadas a su edad y con gestos de cariño, que el quedarse en casa tiene que ver con cuidarse uno y sobre todo con el cuidado a los demás, abuelos, tíos, docentes. De esta forma, no nos centramos en la idea de lo que no podemos hacer, sino por el contrario, de que estamos haciendo un bien a nuestra sociedad. El no salir de casa tiene que ver con protegernos entre todos, principalmente a las personas de salud frágil, apelando así a la idea de empatía, al realizar un acto de mucho valor y sentido trascendente.
4. Establecer rutinas y que sean posibles de cumplir
Las rutinas transmiten seguridad y calma frente a lo desconocido, ya que demuestran que hay situaciones a las que nos podemos anticipar y sentir en control. Frente a tantos cambios inesperados, los chicos y las familias necesitamos más que nunca situaciones que sí podamos controlar. Generar rutinas brinda un marco, un orden y previenen conflictos familiares, siendo muy beneficiosas para la convivencia, ya sea con niños o adolescentes. Por esto resulta aconsejable que mantengamos las prácticas establecidas y hábitos entendiendo que este no es un tiempo de vacaciones, si bien hay mayor flexibilidad horaria que en momentos de concurrir al Colegio.
Es muy importante dialogar entre todos sobre las distintos tiempos y actividades que haremos en el día. Tomémonos un tiempo para generar pautas diarias con algunas actividades en acuerdo con ellos, apelando a la creatividad familiar. Hacerlos partícipes de las decisiones en torno a lo que iremos haciendo, los ayuda a crecer en la capacidad de autorregulación y negociación, siempre frente a un marco dispuesto por el adulto. Estos momentos de compartir en casa o entre hermanos, nos da también la oportunidad de, estando atentos, ayudarlos a crecer en habilidades sociales para una mejor convivencia.
Establecer una nueva rutina es un gran desafío, que lleva tiempo y paciencia en la acomodación. Las planificaciones estarán de acuerdo con lo nuevo que vamos elaborando en cada hogar, teniendo en cuenta nuevas exigencias que se nos van planteando desde el ámbito laboral en el mundo adulto, a los chicos desde lo escolar, y que deben ingresar en un marco importantísimo de hábitos diarios que incluyen el descanso, alimentación, higiene y ratos libres de juego y disfrute.
5. Sobre las tareas escolares
Teniendo en cuenta que desde el Colegio se mandarán distintas actividades a distancia, sería importante que los puedan ayudar a organizarse ellas. Éstas pueden formar parte de la rutina diaria propuesta. Se puede crear junto con ellos un cronograma o agenda diaria de actividades, donde intercalar momentos de juego, ejercicio y actividades como cocinar en familia, entre otras, apelando a la creatividad y tomando contacto con el deseo del niño. Esto los ayuda a conectar también con la idea y manejo del tiempo, sintiéndose más seguros.
6. Sobre el juego
El niño procesa su experiencia a través del juego, por lo que nos parece de suma importancia que se estimule el tiempo para lo lúdico. El juego, además de constituir un espacio privilegiado de descanso, entretenimiento y disfrute, permite a los chicos procesar y sintetizar saludablemente las emociones, preocupaciones o miedos que le vayan surgiendo. Es muy importante limitar el tiempo frente a pantallas y acordar espacios de juego durante el día.
De la misma manera, resulta muy beneficioso que tengan un tiempo para realizar actividades manuales o de plástica, por medio de las cuales canalizan muchas de sus emociones.
7. Sobre el sueño
Debido a que los niños se ven afectados por los cambios de rutina, algunos pueden tener dificultades para conciliar el sueño. Por lo tanto, es aconsejable el acompañamiento de los chicos a la hora de dormir, ya sea cantarles una canción, leer un cuento juntos, rezar, etc. La cercanía y disponibilidad afectiva de sus referentes significativos en estos momentos es muy importante.
8. ¡A moverse!
Podemos aprovechar tiempo juntos haciendo algo de ejercicio físico dentro de casa. Hay una variedad importante de programas en diferentes plataformas para descargar o vídeos en YouTube. Es una manera de gastar energía física, vital para la salud integral, equiparando de alguna manera, el desgaste emocional y mental con el físico. También podemos hacer ejercicios de respiración, como forma de encontrar cierta autorregulación.
9. Conversar, siempre
Recomendamos finalizar el día con una charla serena, invitando a que cada uno pueda expresar y sentir validadas sus emociones. Quienes deseen pueden realizar una oración en familia en clave de esperanza. Reunirnos entre todos y fomentar estos espacios de diálogo y comunicación sincera, les ayuda a los chicos a sentir la pertenencia, el cuidado, el cariño y la protección de quienes más los quieren, frente a esta situación tan particular. El sentirse escuchados y comprendidos atenuará los sentimientos de ansiedad y miedo en ellos.
Como expresamos anteriormente todos estos factores pueden generar desregulación emocional en sus hijos, y en todos. Los animamos a poder generar en ustedes los recursos necesarios de paciencia, escucha activa, comprensión y mucho optimismo junto con palabras de aliento. Vivir este tiempo como oportunidad y aprendizaje, apelando a la empatía, solidaridad y creatividad de cada una de nuestras familias, es todo un desafío…. ¡¡uno más al que nos enfrentamos los padres!! ¡¡Ánimo!!
Que Dios bendiga a cada una de sus familias.
Ps. Lucía Scremini y Ps. Inés Abreu
En estos días desde el Departamento seguiremos aportando material de orientación.
De todos modos, ante cualquier duda puntual en que –como técnicos– podamos ayudarlos, no duden en escribirnos a
psicologí[email protected] y con gusto nos pondremos en contacto.