«La instalación de la nueva normalidad para la convivencia social
nos ha regalado diversos aprendizajes que hemos logrado conocer,
asimilar y transferir a nuestra realidad colectiva,
tanto a nivel intrafamiliar como institucional.»
10, 9, 8, 7, 6,… La cuenta regresiva se puso en marcha para anunciar que pronto se dará comienzo al nuevo año escolar. Es un tiempo donde las emociones y la mezcla de sensaciones están a la orden del día. En general, los chicos esperan el día del comienzo de clases con gran expectativa. Se van preparando o “mentalizando” que la rutina de vacaciones está llegando a su fin y comenzará un nuevo ritmo de funcionamiento, tanto en casa como en el colegio. También, es un período donde las ganas y el entusiasmo por encontrarse con los amigos van creciendo, la curiosidad por conocer a los nuevos compañeros de clase y a los docentes que estarán este año va siendo más fuerte y, por supuesto, se va palpando la ilusión de poder volver al colegio y tomar contacto con su nuevo salón de clase, sus patios de recreo, la cantina, el gimnasio y otros espacios de convivencia que componen nuestra comunidad educativa.
La instalación de la nueva normalidad para la convivencia social nos ha regalado diversos aprendizajes que hemos logrado conocer, asimilar y transferir a nuestra realidad colectiva, tanto a nivel intrafamiliar como institucional. A veces con cierta tensión y otras con mayor aceptación. Ha sido un período de acomodación y adaptación constante, que no ha sido fácil y nos ha enseñado algunas estrategias de funcionamiento que hoy se convierten en nuestras certezas. Ante un comienzo de año que se presenta con la ilusión de siempre y con algunos rasgos de incertidumbre, nos parece que podría ser de ayuda ofrecerles algunas orientaciones que colaboren con la preparación previa que, como familia, están viviendo.
¡Armemos la mochila!
Para muchos niños y adolescentes es un momento de ilusión y alegría ya que eligen aquellos objetos con el cariño de saber que los acompañarán por el resto del año lectivo o por el tiempo que los puedan usar. Para su adquisición, con frecuencia se recurre a los diferentes centros comerciales que ofrecen opciones de lápices, resaltadores, drypens, crayolas, reglas, cuadernos con diferentes diseños, gomas y sacapuntas que parecen hablar. Es una instancia para acompañarlos en sus nuevas elecciones y también para poder orientarlos en las compras que realicen. En especial, para los más pequeños es importante supervisar las elecciones y aconsejar sobre qué materiales les conviene.
Una primera clave para esto es comprar lo que se pide desde el Colegio y no más. Además, si bien las mochilas, cartucheras y lapiceras pomposas son muy lindas, no siempre ayudan al niño a concentrarse ya que es mucho más entretenido ordenar la cartuchera de 4 pisos que prestar atención a los algoritmos. También, antes de armar la lista de nuevas compras, pueden revisar juntos qué útiles de años anteriores aún pueden utilizarse, o pueden quedarse en la casa de respaldo para hacer las tareas o reemplazar objetos perdidos. Además, al momento de estimar las unidades que se compren, podría llegar a ser práctico prever las pérdidas que pueden ocurrir durante el año, ya que comprar en mayor cantidad permite un ahorro y no tener que comprar útiles puntuales en diferentes momentos del año. Una vez que tengamos los materiales listos, les recomendamos que en familia puedan etiquetar cada material, los nuevos y los reciclados, para que cada uno pueda identificar sus pertenencias y se vaya apropiando de sus nuevos recursos para aprender.
¡Cuidarse, es cuidarnos!
Uno de los aprendizajes que nos ha dejado este tiempo de incertidumbre a nivel sanitario es la importancia de adoptar nuevos hábitos de cuidado e higiene personal. Estas prácticas que han venido a instalarse, se suman a las que forman parte de nuestras rutinas diarias. En tal sentido, es necesario no olvidar las normas básicas de la buena higiene1: (a) lavarse periódica y cuidadosamente las manos con un gel hidroalcohólico o con agua y jabón; (b) evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca; (c) al toser o estornudar cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionando o con un pañuelo; (d) convertir el uso del tapabocas en una parte normal de la interacción con otras personas, (e) evitar las aglomeraciones e interactuar dentro de la misma burbuja.
La rutina, una buena aliada en tiempos de incertidumbre
Además de estos nuevos hábitos que debemos incluir en nuestro día a día, es necesario volver a adaptarnos a las rutinas, que es quizás lo más difícil de este período. A muchos adultos nos cuesta despedirnos de las vacaciones y encontrarnos en la sintonía de los horarios habituales, como por ejemplo de acostarse y levantarse, preparar lo necesario para el siguiente día, etc. A nuestros chicos les pasa exactamente lo mismo.
Es probable que algunas familias hayan comenzado de manera progresiva a ajustar los horarios de sueño, las actividades sociales y los tiempos de ocio y familia. Esto es muy importante y nos ayuda con el proceso de la vuelta a clases. Cuando éstas comienzan es cuando efectivamente comprenden el mensaje que tienen que volver a readaptarse e, independientemente de la alegría que puedan sentir por lo nuevo que les espera, es un proceso que lleva tiempo para aceptar e incorporar, operativizar en la dinámica familiar, y sostener de manera sistemática.
La invitación es a acompañarlos y, si bien los papás van favoreciendo la autonomía y la responsabilidad de sus hijos de manera progresiva, al inicio del proceso de adaptación les sugerimos que puedan tener cierta flexibilidad al momento de establecer las pautas rutinarias que se adoptarán en casa. Por ejemplo, acompañarlos para que se duerman y bañen en un horario adecuado, supervisar que tengan los materiales necesarios, los uniformes prontos, recordarles las tareas que tienen que hacer y los horarios del día siguiente, y de qué forma se irán del Colegio, entre otros.
¡Hablemos!
En medio de este escenario de cambio, es importante brindarle a nuestros hijos la seguridad y estabilidad afectiva que necesitan desde el hogar. Para esto, se recomienda generar espacios de diálogo en familia, donde puedan expresar lo que sienten y viven en esta etapa en el colegio. Enseñarles a reconocer y expresar sus emociones les ayuda a transitar mejor los desafíos del año escolar, los acompaña en el proceso de integración al grupo de clase, y les brinda un tiempo de escucha sobre cómo se van sintiendo en el vínculo con su maestra o docente de curso. También, el poder tener el momento para dialogar sobre las rutinas de movilidad y funcionamiento dentro del colegio es una oportunidad para poder incorporarlas paulatinamente. Creemos que podría ser bueno para los miembros de la familia incluir diariamente este encuentro para conversar y poder ponerse al día sobre lo vivido durante la jornada fuera de casa. Puede ser durante el tiempo de preparación de la cena, o en la hora de reunirse en la mesa, o también antes de dormir y despedirse hasta el siguiente día. Esto les brindará la certeza de que existe un tiempo exclusivo para hablar con sus padres y expresar las luces y sombras del día vivido. Además, estas conversaciones permiten anticipar y buscar solución a posibles situaciones que puedan desencadenar temor, ansiedad, o preocupación, y otorgarles la tranquilidad que se podrá afrontar y resolver juntos. Por último, es una instancia que sirve como repaso de los vivido, para agradecer e identificar aspectos a mejorar, tanto en el colegio como en casa.
¡Les deseamos un muy buen comienzo de clases! Desde el Departamento de Psicología y Orientación, estamos disponibles para acompañarlos con esta vuelta y, por supuesto, durante todo el año.
¡Mucho ánimo y paciencia! 5, 4, 3, 2, 1!!!!
Agustina Fernández, María Panario y Martina Silva
Licenciadas en Psicopedagogía