Su construcción comenzó en 1880, con la bendición de la piedra fundamental por parte de Jacinto Vera, siendo así el edificio más viejo. Las ampliaciones y reformas de los últimos años han potenciado la identidad del edificio conjugando lo histórico y lo actual.

En él funciona toda la secundaria, 5° y 6° de primaria, así como las oficinas del personal administrativo y de soporte del Colegio. Aloja espacios icónicos y gran valor tanto histórico como afectivo como el Salón de Actos, la Biblioteca o el “Patio Rojo”, entre otros.

En 1967 se crea una jardinera para los niños de cinco años y es veinte años más tarde cuando comienza el nivel de preescolares para niños de cuatro años. Fue en 1992 cuando se acondiciona una casa contigua al Anexo, comúnmente llamada “La Casita”; la cual alojaría durante muchos años estos niveles, hasta que finalmente fuera necesario mudarse a un padrón adquirido sobre la calle Canelones donde hoy encontramos los sectores de Jardinera, Preparatorio y PreKinder 2 y 3. Lo que hoy conocemos es el resultado de una expansión y reforma realizadas en el año 2015.

Conocido como Montserrat, este edificio fue estrenado a fines de 2023, siendo escenario de una variedad de eventos, exposiciones y jornadas de fin de año. En 2024 abre sus puertas a los cursos volcados a la expresión artística como teatro, dibujo, música, coro, entre otras, generando así una . Cuenta con salas de grabación, sala de producción y edición fotográfica, sala escénica y demás salones de mayor flexibilidad según la actividad propuesta.

A principios de 1921, el Colegio recibe la donación de un terreno en La Floresta, que en un principio tendría el nombre Pinar de San José, para pasar a ser Santa María del Mar. Casi veinte años después, en 1939, empieza a ser utilizado para vacaciones y actividades extracurriculares. Sin embargo, no fue hasta el 1968 que se inauguró el chalet de vacaciones y de esta forma comienza a construirse el predio que conocemos al día de hoy. Escenario de retiros, campamentos, jornadas de integración y de despedidas han hecho de Santa María del Mar un ícono de la institución.